XXIII Gran Capítulo de la Cofradía de la morcilla burguensis

Burgos, 6 de junio de 2009

   

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XXIII Gran Capítulo de la Cofradía de la morcilla burguensis

 

El 6 de junio se celebró el XXIII Gran Capítulo de la Morcilla de Burgos en donde se concentraron unas veinte cofradías, incluida una de Francia ( Cofrérie Deshume-Piot de Loudun) y otra de Portugal (Confraria Gastronómica da Panela ao Lume de Guimaraes).
 

A las 11 de la mañana de ese día, se fueron concentrando las distintas cofradías tomando un café con pastas en el Mesón del Cid. Acto seguido, los cofrades se dirigieron hacia la Iglesia de San Nicolás de Bari, que está muy cerca, donde una cofrade ejerció de guía, por cierto de forma magistral y derrochando un entusiasmo contagioso en sus magníficas explicaciones. Se visitó también La Catedral, lo que era obligado. Desde aquí ya se formó la comitiva para la marcha cívica por esta parte de la ciudad hasta la Diputación Provincial de Burgos donde tendrían lugar los actos del Gran Capítulo.
La Gran Prior, la entusiasta Regina , seguidora de los pasos de su padre, recibió a todos con su habitual sonrisa, pasando la palabra a una diputada que pronunció unas palabras de bienvenida con la invitación para tomar un refrigerio al final en una sala contigua.


El acto del Gran Capítulo se fue desarrollando normalmente con las correspondientes entronizaciones de Cofrades de Honor. Recayeron estas, en el periodista Fernando Suarez Urbaneja ,dos miembros de la cofradía francesa asistente, un bodeguero y a un fraile cisterciense en representación de su convento. El pregón lo leyó Urbaneja y resultó muy interesante.


Nos esperaba a continuación el pinchoteo al que nos había invitado la señora diputada, que nos vino a todos muy bien, ya que se hizo algo largo el acto.
Y ya nos dirigimos hasta el Mesón del Cid, al pie de la Catedral en donde habría de tener lugar la Comida de Hermandad.
Un buen entrante de jamón de Guijuelo con una ensalada de codornices escabechadas. Una suculentas alubias rojas entre cuyo compango , no podía faltar la morcilla burgensis, ya que por algo la defiende con tanto ahínco esta entusiasta cofradía. En tierras castellanas no podía faltar el cordero lechal que, como siempre, estaba exquisito. Postre y buenos caldos de Ribera del Duero completaron el festín.


Es norma que lo Cofrades de Honor juran ante un buen trozo de mocilla acompañado de un tinto de la tierra, que ingerirán de inmediato.
Siempre resulta original la letanía del Vocero Mayor que emite en plena calle con voz potente y al que todos los cofrades reunidos habrán de responder en el "Liberanos Dómine" . Entre un montón de productos prohibidos,. Así decía: " no traigáis a vuestros manteles las viandas que la cofradía os dijere, por ser dañinos a las tripas " Y entre tantas prohibiciones, citaré solamente algunas: " morcillas sanguinarias, comidas de olla express, hamburguesas y otros fritos, los pollos sin corral, las dietas que enflaquecen, las blandas truchas de alberca, corderos de otras tierras .....etc. etc."


Burgos es una ciudad de un buen ambiente al caer la tarde de vinos, pinchos y tapas y aunque por el día hizo mas bien bueno, en la tarde hacía ya frío. Buena razón tenía el moderación del Gran Capítulo cuando nos dijo: En Burgos solamente hay dos estaciones; la de Invierno y la de la RENFE. Y bien que tenía razón, puesto que de la Primavera, solo tuvimos unos atisbos cuando lució el sol.

Fuente: Armando Alvarez Palacio