VI Gran Capítulo de la
Cofradía del Hojaldre de Torrelavega
Con motivo del AÑO SANTO LEBANIEGO, esta cofradía celebró sus actos del
VI Gran Capítulo, en el bello pueblo de Potes, en medio de los Picos de
Europa, entre nieve, paisaje y lugares llenos de historia. El programa
de actos comenzó las diez y cuarto con una recepción de los
participantes, más de quince cofradías que vinieron de todos los puntos
de España, ante la Puerta del Perdón del Monasterio de Santo
Toribio de Liébana. Posteriormente, los cofrades participarán en la Misa
del Peregrino en la que hicieron una lectura y ofrecimiento. Un conocido
confitero torrelaveguense fue el encargado de elaborar un postre de
hojaldre con la imagen del Lignum Crucis (trozo de madera que se
conserva del brazo izquierdo de la cruz de Cristo).
Tras el acto religioso, y ya en el Centro de Estudios Lebaniegos, se
ofreció un aperitivo y polkas de hojaldre a los cofrades y a los
peregrinos y a las doce en punto comenzaba uno de los momentos más
emotivos: el Gran Capítulo, propiamente dicho, en el que el Gran
Maestre, el consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Excmo. Sr. D.
Javier López Marcano, invistió a los nuevos cofrades de honor que, a
partir de ese momento, vestirán la capa que distingue a la Cofradía del
Hojaldre de Torrelavega. A continuación, los vecinos de Potes y sus
visitantes fueron testigos del desfile de los cofrades a los que
acompañaron grupos folclóricos.
Los nuevos cofrades de honor distinguidos
fueron: Jose María Bueno del sector hostelero de Torrelavega, Jesus de
mateo, Tuli, empresario hostelero de la noche torrelaveguense, Jesús
Manuel Palacios, joven cocinero y Miguel Angel Fuente Puente Calleja,
Gran Maestre de la Orden de los Caballeros de Noreña (Principado de
Asturias).
El Presidente de FECOES, Carlos Martín
Cosme, cerró el Acto congratulando a los galardonados y a esta
importante Cofradía por su labor de promoción y divulgación este
producto y del turismo que envuelve a estos eventos.
Esta joven cofradía creada en el año 2000, ha dado a conocer al mundo su
producto gastronómico típico: las polkas, hechas de hojaldre y cada vez
más solicitadas por propios y foráneos que acuden a esta localidad a
degustar esta delicia gastronómica.
Fuente: FECOES
Un poco de historia...
El año Santo Lebaniego
El
Monasterio de Santo Toribio tiene junto a Jerusalén, Roma, Santiago de
Compostela y Caravaca de la Cruz el privilegio de celebrar el Año Santo,
otorgado por medio de una bula del papa Julio II, en el año 1512.
En el Monasterio de Santo Toribio de Liébana se guarda y venera el "Lignum
Crucis", el mayor trozo conocido de la cruz donde murió Cristo. Santo
Toribio, obispo de Astorga, la trajo de Tierra Santa y se encuentra en
el monasterio desde el siglo VIII, siendo trasladado a dicho lugar ante
el peligro de la invasión de los árabes.
La celebración del jubileo en este monasterio data del siglo XVI, pero
en los documentos pontificios de dicho siglo se dice que es de "tiempo
inmemorial". Algo parecido se afirma en los versos o loores a Santo
Toribio del siglo XV, de autor desconocido.
La razón, la fuerza y el motivo principal de la celebración del jubileo
están en esto: que aquí se guarda y se venera el trozo más grande de la
Cruz donde Cristo murió. Más de mil años lleva guardándose y venerándose
en este lugar. Si la finalidad de de todo jubileo es encontrarse con el
Dios acogedor y generoso del perdón, el signo de la Cruz es la expresión
más clara de lo que Dios es y quiere para nosotros.
El Año Jubilar Lebaniego, que se celebra el año en que la festividad de
Santo Toribio, el día 16 de Abril, cae en domingo, queda inaugurado
oficialmente cuando, con gran pompa, se abre la Puerta del Perdón del
monasterio.El encuentro ante la Puerta del Perdón y el pasar por ella
resulta un momento clave. El que acoge, abraza y perdona es siempre Dios
y la Puerta del Perdón simboliza y hace presente a Dios acogiéndonos,
abrazándonos y perdonándonos como al hijo pródigo. Es un acto sencillo y
expresivo que nos despierta para abrirnos al don del jubileo.
Pero, ¿Qué es un
Año Santo?
Siguiendo la tradición, un Año Santo es, "un año
de gracia en el que la Iglesia concede indulgencia plenaria, es decir el
perdón de los pecados, algo que puede conseguir la persona que va a
ganar el jubileo o bien para sus difuntos. Los años santos pueden ser
ordinarios, los normales, por ejemplo el lebaniego, o extraordinarios
cuando los proclama el Papa por un motivo especial, por ejemplo, en 1983
Juan Pablo II lo proclamó para conmemorar los 1950 años de la muerte y
resurrección de Jesús.
Sus orígenes se remontan al Antiguo Testamento. La ley de Moisés había
determinado para el Pueblo Hebreo un año particular: "Declararéis santo
el año cincuenta, y proclamaréis en la tierra liberación para todos sus
habitantes Será para vosotros un jubileo; cada uno recobrará su
propiedad, y cada cual regresará a su familia. Este año cincuenta será
para vosotros un jubileo; no cortaréis ni segaréis los rebrotes, ni
vendimiaréis la viña que ha quedado sin podar, porque es el jubileo que
será sagrado para vosotros. Comeréis lo que el campo dé de sí. En este
año jubilar recobraréis cada uno vuestra propiedad" (Lev 25, 10-13). La
trompeta con que se anunciaba este año particular era un cuerno de
morueco, que se llama "yobel" en hebreo, de ahí la palabra "Jubileo". La
celebración de este año llevaba consigo, entre otras cosas, la
restitución de las tierras a sus antiguos propietarios, la remisión de
las deudas, la liberación de los esclavos, y el reposo de la tierra. En
el Nuevo Testamento, Jesús se presenta como Aquél que lleva a su
cumplimiento el Jubileo antiguo, ya que Él ha venido a "predicar el año
de gracia del Señor" (cfr.Is 61,1-2)".
El primer Jubileo ordinario se proclamó en 1300 por el Papa Bonifacio
VII. En aquel tiempo las guerras y las enfermedades diezmaron la
población y cristianos de todas partes viajaron a pie a Roma para rezar
ante las tumbas de San Pedro y San Pablo y para recibir la bendición
papal. En Roma se celebra cada 25 años. En Santiago de Compostela se
venera la tumba del apóstol Santiago, el primer Apóstol mártir, y se
celebra, desde el 25 de julio de 1122 cada vez que la fiesta del Santo,
el 25 de julio, cae en domingo. En Caravaca de la Cruz se celebra, desde
el año 2003, cada siete años in perpetuum en el Santuario de la Vera
Cruz venerándose un Lignum crucis, esto es un trozo de la cruz de
Cristo. Y en Jerusalén, por ser Tierra Santa. Aquí en Santo Toribio se
celebra desde el S.XVI recogiendo una tradición centenaria cuando la
fiesta del Santo, 16 de abril, cae en domingo.
Al Año Santo o Jubilar le acompañan una serie de gestos, actitudes,
símbolos. De esta manera, la peregrinación simboliza la existencia del
hombre que es como un camino para llegar finalmente a Dios. Es camino de
conversión. La puerta santa simboliza el único acceso a la vida de
comunión con Dios que es Jesús. La indulgencia es la gracia de Dios. El
beso al Lignum Crucis es el signo de agradecimiento y amor a Dios, el
Creador. La cruz es la señal del cristiano.
Fuente: Consejería de Cultura, Turismo y
Deporte del Gobierno de Cantabria y otros